Puente-Caliente

Dicen que los merenderos en Aguascalientes son sitios perdonados por Dios. Tiempo ha que no he estado por esos paraderos. Pero de ellos sé lo siguiente.

Uno entra al merendero, paga una cerveza de precio medio para Fierrorrey -15 a 20 pesos- y le traen de golpe unos cuantos platos de botana. Estarán pensando

"uuuuuuuuuta yo conozco un tituplén de lugares así",

yo aconsejaría ahorrar las ues y seguir leyendo. A la segunda ronda -otros 20 pesitos jovenazo- estará en la mesa un fogón con carnes y embutidos a manera de corona. Al pasar a la tercera ronda, la cosa se empieza a poner buena, inclúyase tacos y guizados de distintos sazones. Uno de verdad que llena el estómago. Ahora bien, tras la tercera se presentarán dos opciones. La primera es pagar la cuenta y retirarse pues uno ya está bien comido. La segunda opción es seguir, si no comiendo, sí bebiendo hasta sentir un leve adormecimiento de ciertas consonantes muy estratégicas. Será éste, el momento de nuevas decisiones a tomar, sin duda el subconsciente es sabio, A TOMAR !

Me voy el fin de semana a aguascalientes. No es lo que parece, nada de viaje de placer y esos mitos infundados, éste, es un viaje de puenteo. Iré a Aguascalientes a construir un puente. De lo de allá vendrá el siguiente escrito.