El lugar que me alimenta
El sitio que me nutre podría ser horripilante. Es un hoyo en la pared. Ahí, como por lo menos 3 veces por semana. Se sirven "noodles", "bums" y cerveza. Que por qué podría ser horripilante, pues porque no lo es aunque parezca.
Lugar sin nombre pero bautizado por mi carnal el Mauro como "D'a hole in the wall", mi comedor, es en verdad un hoyo surreal que abastece de comida a los colonos y marchantes. Está entre un muro de unos departamentos y una tabaquería. El hoyo en la pared parece hecho con cincel y mazo. No existe lógica arquitectónica que explique un hoyo tan extraño que de pronto salta a la vista. Sobre todo cuando la pared que cobija esa cueva es la parte trasera de un complejo habitacional.
Adentro está la cocina a tus pies, uno debe recogerlos ya que puede ser salpicado de agua o aceite hirviendo. También hay tres pequeñas mesas con sus respectivos bancos bajos, siempre por debajo del nivel de las rodillas. Afuera, una mesa con vista al frutero callejero y a los colonos de Ta Yuan que vienen y van por la pequeña calle.
En derredor, se encuentran otras mesas sin aparente dueño que se usan para jugar cartas, XiangQi -ajedrez chino- o simplemente para platicar y tomar cerveza.
Los tallarines son frescos y hechos a mano, los Bao Zi –bums- están afuera cociéndose al vapor. A causa de estos últimos, el hoyo en la pared siempre está acompañado de un vapor que baila con el viento y de paso te da la bienvenida.
Ella, la cocinera-mesera-garrotera-cajera y tal vez propietaria, es dura de carácter, es seca a diferencia del piso, que parece almacén de palillos usados y comida escupida efecto del desagradó de un cliente, o de la torpeza de algún comensal, quién sabe.
Él, es simpático, es el creador de los tallarines y del buen humor del agradable agujero.
Al llegar, uno se sienta, llena un platito con chile y vinagre, saca sus palillos, ordena alguno de los seis platillos, espera su cerveza Yanjing y en unos minutos, a comer muy rico.
¡Salud!
Dedicado a Chuy Santos
Lugar sin nombre pero bautizado por mi carnal el Mauro como "D'a hole in the wall", mi comedor, es en verdad un hoyo surreal que abastece de comida a los colonos y marchantes. Está entre un muro de unos departamentos y una tabaquería. El hoyo en la pared parece hecho con cincel y mazo. No existe lógica arquitectónica que explique un hoyo tan extraño que de pronto salta a la vista. Sobre todo cuando la pared que cobija esa cueva es la parte trasera de un complejo habitacional.
Adentro está la cocina a tus pies, uno debe recogerlos ya que puede ser salpicado de agua o aceite hirviendo. También hay tres pequeñas mesas con sus respectivos bancos bajos, siempre por debajo del nivel de las rodillas. Afuera, una mesa con vista al frutero callejero y a los colonos de Ta Yuan que vienen y van por la pequeña calle.
En derredor, se encuentran otras mesas sin aparente dueño que se usan para jugar cartas, XiangQi -ajedrez chino- o simplemente para platicar y tomar cerveza.
Los tallarines son frescos y hechos a mano, los Bao Zi –bums- están afuera cociéndose al vapor. A causa de estos últimos, el hoyo en la pared siempre está acompañado de un vapor que baila con el viento y de paso te da la bienvenida.
Ella, la cocinera-mesera-garrotera-cajera y tal vez propietaria, es dura de carácter, es seca a diferencia del piso, que parece almacén de palillos usados y comida escupida efecto del desagradó de un cliente, o de la torpeza de algún comensal, quién sabe.
Él, es simpático, es el creador de los tallarines y del buen humor del agradable agujero.
Al llegar, uno se sienta, llena un platito con chile y vinagre, saca sus palillos, ordena alguno de los seis platillos, espera su cerveza Yanjing y en unos minutos, a comer muy rico.
¡Salud!
Dedicado a Chuy Santos
3 Comments:
Espero me traigas una mi cheve de china..
Mi güero! Ha sido una sorpresa para mí saber que lograste irte para alla. No perderé detalle de tu viaje. Es curioso lo lejos que estás y lo cercano que te siento al leerte. Supongo que hace tanto tiempo dejamos de saber el uno del otro que ahora, al leerte, me parece que estamos juntos hablando, como aquellos días con aquellas pláticas. Buen viaje y tráeme ciudades. :D
Volví a tener un poco de "control" sobre mi blog. Ya puedo contestar a sus comentarios de manera directa. No sé si se levantó la censura o es un lapsus brutus, de cualquier forma lo aprovecho.
Christian, si me cabe en la maleta tendrás tu cerveza a mi regreso. Aclaro que no hay fecha -y se ve lejos la definición- para este evento.
Dianux, prieta color de llanta, sabes que te adoro amiga, gracias por tu cercanía.
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