Monday, July 03, 2006

De Ganarse, ¿Qué pasaría en China?

Yo no soy fanático del fútbol,


sin embargo, he gozado del mundial desde Italia Noventa. Jamás pensé escribir algo al respecto, pues, si les soy sincero, tampoco veo muchos partidos de la multimentada copa del mundo. De hecho, los primeros meses de este año pasé maldiciendo todo aquello alrededor del monstruoso evento marke-tele-portivo. La razón es sencilla, los medios masivos de comunicación mexicanos han hecho a un lado temas de vital importancia nacional para discutir mejor sobre los bigotes de La Volpe, lo hemos permitido, ni hablar. Sin más mas, me dirijo al tema.

Si México ganase el Mundial de Futbol 2006 en el país se instalaría una felicidad que (fugaz o no, por ahora poco importa) provocaría energía, ideas y actitudes de vida significativamente pro-positivas. Pero ¿qué pasaría en China? ¿Podría este eterno sueño mexicano tener alguna relación con el país más popular de los últimos años?

El NACIMIENTO DE UN PAÍS

La fiebre del mundial en China es verdaderamente impactante. El número de bares y restaurantes que tienen las banderas de los equipos de este año es abrumador. Todo establecimiento con televisión sintoniza los juegos. He visto la esplendorosa águila azteca como nunca antes en el extranjero –el otro día me detuve en un restaurante para pedirles de favor que me devolvieran a mi aguilita patas pa’bajo porque ahí sí que ni la ignorancia es justificación. Todos los taxistas de Beijing están al tanto de los resultados, la gente en la calle, mis alumnos, el boleador de zapatos mientras me shaineaba un par.

Una pregunta del todo común para el extranjero es, tras establecer un par de enunciados de diálogo con cualquier chino, cuál es su país de origen. Desde que comenzó el torneo me ha tocado mayor reacción al decir que vengo de México. Si México ganase el torneo, o por lo menos dejará un antecedente importante, los chinos lo tendrían en su creciente memoria colectiva. Explico.

Los Estados Unidos Mexicanos no existen en el mapa chino, si acaso, el artículo y las primeras dos palabras. Ni en lo académico, ni en lo comercial, a nivel ciudadanía, México tiene posición o figura. El lenguaje que hablamos se desconoce, además, el continente al que pertenecemos puede variar desde América (en pocos casos) hasta la misma Asia. Las causas son múltiples y entre ellas la ignorancia, por supuesto. Pero éste no es problema que nos concierna. El contenido detrás de todo nombre es algo de vital importancia en este país.
En la actualidad, las mediciones mundiales, los eventos masivos como son éste y las Olimpiadas y cualquier forma de competición internacional que tenga difusión, resulta de mucha importancia para los integrantes del dragón despierto. Por esto, Estados Unidos es el país ídolo en muchos campos como en sus universidades, deportes, economía y cultura pop. Europa por la cultura, educación, algunas empresas y por el nivel de vida de sus habitantes más el deporte que se festeja ahora. Pasando a América Latina sólo Brasil, Argentina y a veces México se tienen presentes. Los tratados binacionales, la promoción cultural (aquí fuerte nuestro país, a pesar de que la cultura no esté en la agenda foxista) y desde los últimos años, el fútbol, son quienes mantienen a los sudamericanos bien ubicados en el registro colectivo.

Muchos habitantes de esta parte del mundo tienen una sed de admiración sorprendente, habría aquí un espacio muy interesante para que ocupara nuestra bandera. Así pues, si México ganara la copa del mundo habría una plataforma positiva y favorable en un lugar donde sólo hay vacío, una gran ausencia o en el mejor de los casos una interrogante. Con un apoyo de este tipo, aunque parezca irrelevante, los empresarios mexicanos que intentan realizar negocios tendrían un antecedente favorable en sus contrapartes. No se necesitaría empezar siempre de cero. Habría un terreno común de plática y se harían puntos para un ambiente mucho más favorable. Lo subjetivo sería sin duda lo más impactado. Las relaciones entre países, desde el vis á vis presidencial hasta el turismo y coincidencia laboral se hacen y crecen en lo subjetivo cuando se está en tierra confuciana.

Me es preciso aclarar que, finalmente, como no veo esfuerzo considerable que se fragüe desde los líderes oficiales y privados del país hacia una estrategia para China; y dado que no encuentro en qué podría sobresalir México conforme al resto del mundo (dejo la cultura fuera, pues aunque invaluable, no entra en el tratamiento de este artículo), me parece que el fútbol sería una fabulosa opción.

Repito, hasta el día de hoy, el intento más prometedor para darse a conocer en China y así, apoyar todo esfuerzo profesional enfocado en la región, ha sido indirecto y tiene por nombre World Cup. ¿Qué tiene México para los chinos? Nada o casi nada todavía.