Sunday, December 18, 2005

Receta para un viaje pekinés

Receta para un trip pekinés (beijinés), ingredientes:

- Reproductor de MP3, CD o Casete con audífonos.
- Archivo, CD o Casete que contenga La Rapsodia en Azul de George Gershwin.
- Un par de zapatos cómodos.
- 2 kuai (Yuanes). El de ida y el de regreso para el camión. O una bicicleta –debo destacar que al andar con audífonos en bicicleta, el peligro aumenta en buena proporción, el transporte exige un nivel de atención y conciencia panorámica que la distracción puede ser como una pistola cargada en manos de un niño, en este caso un extranjero, novatón.

Para preparar...

Tener todo puesto, los audífonos, el reproductor con batería y con el archivo instalado, el dinero y una actitud de apertura y expectación. El trip Pekinés puede ser también llamado la autocreación teatral desde el público. Tú serás el público y el facilitador del momento artístico, la ciudad pondrá el resto.

Primero, salir de la locación con todo listo. Al momento de pisar la calle ya debe estar sonando el primer grito de nacimiento de la ciudad en la Rapsodia. De ahí se deberá caminar al menos 10 manzanas. Debe intentarse cruzar el mayor número de calles y sobre todo no dejar escapar ningún detalle que pase frente a uno, sea humano, sea inanimado.
El movimiento se irá armonizando con la esta rapsodia, la gente caminará al ritmo, los colores corresponderán poco a poco y los gritos y pláticas de la gente se harán uno con los vientos y percusiones de la orquesta que toca a Gershwin, todo irá cuajando poco a poco.
Una vez cuajados los ingredientes, seguir un rato más para disfrutar el sabor, la textura y sensación. Nunca olvidar gozar, disfrutar cada saborcito por más pequeño qu parezca. Al saciar el hambre lavar todo y preparar la siguiente.
Nueva York fue representación de esta pieza en la fantasía del 2000, ahora, cinco años después lo es Beijing de manera cabal. Esta ciudad está viva, esta ciudad tiene movimiento.
Que rico hacer experimentos con música y con el caminar, créanme que ni Beethoven ni Mozart hubieran funcionado para una caminata en la calle, por lo menos no esa vez. Se trata de encontrar el sonido para la situación o viceversa.

"Éste es uno de mis juegos favoritos..."
-Peter Pan

Thursday, December 15, 2005

Lo que cambia y continúa

Cuando un relámpago va a tocar tierra, los metales que se encuentran en el punto o alrededor de él, destellarán un brillo muy particular, premonición del mágico y peligroso momento que viene. La luz que proyectan esos metales es perceptible acaso un segundo antes del golpe, sin embargo, le ganan por un puntito de tiempo al rallo.

Los cambios vienen, mis metales brillan, todo está empezando a brillar a mi alrededor, mis huesos lo sienten, mi estómago ya me lo ha gritado un par de veces hasta que lo he entendido. Se avecinan cambios que casaran perfectamente con un año que termina y otro que comienza, con una Navidad lejos, lejos del hogar y de la Patria.

Cuando regresé a casa de un viaje largo una persona muy cercana me dijo estar sorprendida de no verme diferente, -pensé que habrías cambiado mucho, todos los que se van fuera cambian- me dijo. Para mí fue una de esas preguntas difíciles de contestar dada su simpleza, ¿Eres el mismo ahora? Lo soy pero no lo soy, aunque siempre lo fui. Soy más tonto o más sabio, más fuerte y a la vez más frágil.

Seré el mismo el próximo año, lo seré pajarito. Seré diferente también, llegaré mejor a mi centro o estaré más lejos de él. Procuraré encontrarme sin buscar, tener dirección en mi movimiento sin caminar. Yo no salí para cambiarme, salí para adentrarme. Tengo fe en que así será.



DAO DE CHING
LAO TSE

Do you want to improve the world?
I don't think it can be done.

The world is sacred.
It can't be improved.
If you tamper with it, you'll ruin it.
If you treat it like an object, you'll lose it.

There is a time for being ahead,
a time for being behind;
a time for being in motion,
a time for being at rest;
a time for being vigorous,
a time for being exhausted;
a time for being safe,
a time for being in danger.

The Master sees things as they are,
without trying to control them.
She lets them go their own way,
and resides at the center of the circle.

Translation by Stephen Mitchel.

Wednesday, December 07, 2005

Y todo empezó por el pan.

Calló en mi mano. No entendí, no estaba lloviendo. Yo esperaba al señor Visoso frente a un comedor de Xinjiang. Esta región ha ganado mi paladar poco a poco, ahora soy un fiel seguidor de su sazón y lógica gustativa.

Y todo empezó por un pan…

…como del tamaño de una pizza mediana, la provincia de Xinjiang me tienta a comer cada día un pan delicioso, recién horneado, saladito y picoso, uy qué rico. Ahí puedo comer una carne parecida a un “roast beef”, unos canelones en salsa de tomate que más bien se llaman chao biao, pero que efectivamente tienen tomate, cebolla, pimiento, carne y unos cuadritos de pasta. Y además, siempre están los Chuar, ese maravilloso acercamiento a cual cultura sea para el que extrañe su tierra. Estos, son alambres de carne, ajo y un tipo de pan. Qué cultura no tendrá esta práctica tradición, la más básica de todas, atraviesa todo con una rama y aviéntalo al fuego. Eso es el Chuar y a mí me trae México en un bocado, y a otros Ghana y a veces Israel y que Francia y algunos Alemania. Hasta los gringos podrían recordarse unos marshmallows de camping.

La decoración será siempre austera pero no faltará nunca una tela colgada con la imagen del monolito de Abraham en la Meca y la frase “No hay más Dios que Alá y Mahoma es su profeta”. Xinjiang se esconde tras las montañas al oeste del continente llamado País, China. Los famosos Uigures, que alguna vez tomaron china en su poder, han dejado a sus hijos ahí. Tenemos mezclas de etnias inimaginables, rusos, turcomanos, mongoles y más. Gente que habla lenguas que fonéticamente están enlazadas con un kirguizia o afgano y altaicas.

Yo estaba afuera de ese lugar, frente a esa mujer que sobre el cabello tiene mantilla. Estaba frente al carbón, y cómo enfriaba esa noche. De pronto algo calló en mi mano, yo giré y busqué qué me habían aventado, nada. Sobre mi cabeza había un cable, el cable expuesto a la chimenea, se me hizo que fue algo de grasa. Seguí cerca del carbón, le sonreí a la mujer, tenía frío, ella lo tuvo pero ahora poseía el fuego. Estábamos frente al carbón que asa a los Chuar. Ella fue mi Prometeo del momento.

Visoso no llegaba el muy perro. El frío acentuaba. Yo golpeaba mis plantas contra el suelo y hacía despertar mi sangre. ¡Hierve cuerpo! Y de nuevo calló en mi mano, la humedeció en este clima seco y hostil, si no hubiera estado en la calle y en China pensaría en agua bendita. Llevé mi mirada al cable, no había nada, detrás de él, como un niño tímido que quiere pero no sabe cómo pedirlo, la nieve entró en escena. Sonreí tanto, me quedé suspendido en ese universo visual haciendo que quienes me rodeaban se percatarán también del milagro que es la nieve, tal como la lluvia. Pude haber pasado horas allí, no lo sé. ¡Perro! Escuché un grito. Visoso había finalmente llegado. ¿Qué tal de frío? –me preguntó.

Friday, December 02, 2005

Eventualidad 1

Algunos hechos antes de.

El Hutong cuenta con baños colectivos o coloniales, es decir, no existe el baño privado en el hogar tradicional de Beijing. Todas las personas se encuentran, de un momento a otro, en el baño. Los W.C. más antiguos están compuestos por cuatro paredes y un techo. Dentro de éstos, habrá, en el suelo, algunos agujeros en forma rectangular. Entre ellos no existe separación de ningún tipo, bajo ellos se encuentra una fosa en donde se vive y respira la forma más pura del comunismo, todas las eses fecales son la misma. La verdad es que ya se ven poco esos baños, pero ahí siguen. Al entrar, uno puede encontrarse a su vecino leyendo el periódico en cuclillas, saludarlo, ponerse a un lado y comenzar a platicar de lo que se ofrezca y sea adecuado para el momento –a decir verdad, no he tenido el placer de saber que cómo es una conversación de baño antiguo.

Los baños en muchos Hutong se ha remodelado pero siguen siendo comunales. Las remodelaciones fueron, luz, separaciones entre gújero y gújero, inodoro de suelo y en algunos hasta calefacción. Los nuevos baños son muy distintos de aquellas viejas letrinas de concreto.

El hecho.

Camino por mi calle rumbo al metro para ir a trabajar. Paso a un lado del baño comunal. Volteo a verlo, vuelvo de nuevo la mirada al frente y veo a una anciana bajita, llenita y muy dulce en su mirar. Su pelo corto y blanco puede confundir su verdadera edad, yo calcularía más de setenta. Camina lento, poco a poco, tres pasos por metro. En sus brazos, sostiene a un diminuto perro que apenas asoma entre las mangas del suéter de su ama.

Estoy a punto de dejarla atrás cuando, a mi izquierda la entrada al colectivo, ella se introduce con papel sanitario y la compañía de su perro.