Thursday, November 24, 2005

La bajada

Y se paró la escalera eléctrica con 100 personas sobre ella.

La gente no se inmutó. Era la hora pico, en una de las escaleras mecánicas más largas para salir del subterráneo. Cada escalón contenía al menos dos personas, todos nos tocábamos los hombros, brazos, manos, nalgas y piernas pero nunca la persona, esa estaba bien guardada.

Se detuvo en seco esa perversa escalera eléctrica. No hubo aviso, no agua va.
Las conversaciones cesaron. El único sonido era el respirar del vecino y aquél zumbido eterno de la ciudad que se colaba por la entrada a la estación. Las caras -en este mismo segundo que no quiero dejar morir- nunca cambiaron, tal vez era común este suceso. No hubo una sola reacción en toda la gente contenida en mi campo visual.

Después se dio el cambio. La escalera -ese gusano metálico que siempre ha logrado infringir algo de temor sin importar mi edad- comenzó a dejarse caer hacia atrás.
Pareció una renuncia laboral, un mandar a la fregada a todos. Se soltó y comenzamos a desplazarnos en sentido contrario. Ese momento transmitió -a todos- una sensación muy clara, la velocidad de reversa aumentaba, nunca sabremos si fue culpa de la fuerza de gravedad o acción deliberada de esa maquina enrabiada que buscaba la eutanasia.

Aumentó su velocidad con más de cien personas en ella, qué irónica imagen metafísica. Los hombres escalaban, subían, evolucionaban. Lograrían llegar al cielo algún día. Su marcha era constante y rítmica, ellos ascendían como miles de moléculas de agua evaporada. Ejércitos de gotas que conquistarían el universo.

De pronto, la escalera se detuvo, comenzó a retroceder. Se escucharon exclamaciones y algún grito. Se vieron caras transformadas, el miedo es el domador maestro del cuerpo, de toda terminal nerviosa, todo músculo. Yo estaba en la mitad superior del trayecto, creo que era factible un hueso roto, tal vez el cráneo de seguir ganando velocidad. Mi cara lo decía todo.

La escalera nos perdonó. No volvió a su labor pero se aferró a su riel y se detuvo tras 5 segundos de iniciada su renuncia. La gente, yo, todos, ascendimos a pie hasta llegar a la ciudad. Alcanzamos ese zumbido eterno de la calle, nos dispersamos y volvimos a nuestros antiguos pensamientos.

¿Qué voy a cenar antes de mi clase?

Thursday, November 17, 2005

No se permite

Si me confío, me chingo. Así, sin más mas que eso.

Hoy andaba por mi antiguo barrio, fui a resolver unos trámites y a cobrar mi salario. Tomé un camión de los que acostumbraba, los que conozco bien. Iba escuchando música en mi iPod, contento de traer mi paga en la mochila. En eso escuché mi parada, "Beitaiping Zhuang", bajé y me puse a mirar la lista de camiones para cambiar de dirección hacia una estación de metro. Después de leer todas las líneas, caí en la cuenta de un terrible error, me bajé en "Beitaiping Zhuang XiDajie" y al no escuchar última palabrita agregada, tuve que caminar un buen rato.

En perspectiva es algo pequeño, pero esto sucede a menudo. Una vez me quedé dormido y llegué casi al final de la ruta. Aquella ocasión me cayó muy en gracia porque estaba conociendo la ciudad, pero ahora que ya tengo que mantener ciertos tiempos, un error así cae de bomba. Y ahora sí que ni hablar, a reírse de uno mismo y a reparar.

El estado de alerta necesario para vivir en Beijing es agotador pero al mismo tiempo un reto extremo y emocionante. No bajes la guardia, no te distraigas pero aprende todo lo que puedas, obsérvalo todo, registra y nunca olvides el primer mirar de cualquier cosa. Beijing te agota y te rellena y te vuelve a vaciar, el saldo último depende, en mucho, del recipiente. Siempre habrá sobrantes que deben almacenarse y reunirse en recipiente aparte, llena todo jarra de tierra, llénate recipiente de barro mestizo.

Tuesday, November 15, 2005

El pez del hutong

Escribo desde "mi" nuevo lugar. Física y simbólicamente, he colgado mi primer cuadro, la primera huella hacia la personalización de un espacio. La compenetración con paredes, piso y techo.

Mi primer marca está compuesta de dos peces. Uno es rojo, el otro, negro. Acaban de mirarse de frente, están por voltear, se han alineado en direcciones contrarias que de seguir girando, ni el infinito podría volverlos a enfrentar. Podrá ser, también, que sí se volverán a ver, que se giran por mutuo deseo, que juegan a buscarse como si esa fuera agua del Sena.

Uno es Ying otro Yang. Armonía, harmonía, armo, ¿manía?

Thursday, November 10, 2005

___________________deseaban ser ricos

Ellos lo desean, lo han hecho no sé desde cuando. Ellos lo anhelan, lo persiguen, lo visualizan, lo saborean. En realidad no percibo que tengan claro la razón y el fin último, pero, qué con eso, ¡ellos quieren ser ricos!

Quieren comprar una casa grande y bien ubicada socialmente. Buscan tener un carro respetable y vistoso. Quieren que los demás sepan que son ricos. Eso, estimado Smith, Karl y Mao, eso se llama cruda modernidad, y a todos ustedes se los llevó la licuadora.

El sueño americano, me di cuenta por primera vez en una de mis clases, no es diferente del anhelo chino hoy en día. ¿Acaso es una copia o una reacción natural? Ahora resulta que el american dream its chinese as well?

¿Acaso no es "normal" que la gente desee tener posesiones ahora que puede tenerlas?
Quiero conocer a quien se atreva a detenerlos. La rueda del consumismo ya tiene su propia inercia, ya está la calabaza.

La gran mayoría de mis alumnos desean esto. Es probable que ninguno lo logre, tal vez uno. No lo digo como juicio moral sino como realidad estadística. La gente no se hace rica sólo por ganas.

Hubieron dos excepciones muy interesantes, con mucha fuerza social y conciencia comunitaria, dos mujeres hablaron de querer ayudar a su familia, a sus padres y a su comunidad natal.

Los BMWs están en las calles, he visto mejores carros que en las calles de San Pedro. Y hago la aclaración, San Pedro, parte de una ciudad con Monterrey, es el municipio más rico de América Latina. Los lujos que pueden verse allí, no podrán ser vistos en otra parte de la República con esa concentración. Bueno, ya he visto mejores carros aquí, no con esa concentración pero sin duda carros que nunca había visto en otra parte. Ahora, el número de personas que los tiene no será ni el 1% de las personas que los desea, y eso no cambiará en la próxima década, más bien,


esa brecha se hará prácticamente infraqueable.

Tuesday, November 08, 2005

Comienza el conteo...

En una semana me mudo a un nuevo lugar en Beijing.

El próximo martes viviré en medio de Hutongs, en un barrio precioso y muy bien ubicado. Ya estaré dentro del segundo anillo de la ciudad, es decir, dentro del centro. Esto significa que viviré en una zona que está protegida por el gobierno, en donde no pueden haber grandes cambios de infraestructura que alteren el paisaje. Esto le da un toque maravilloso al lugar. Además, a cinco minutos del metro.

El lugar no tiene abuela, está extremadamente bien acondicionado, moderno, bien decorado y funcional. Pero lo mejor no queda allí, lo mejor es el precio... hoy voy a pagar tres meses, este nuevo lugar será mío hasta febrero, ya veremos que ocurre.

Y claro, la invitación está en la mesa, mis puertas bien abiertas, si alguien gusta de Beijing en invierno, pues que se deje caer sin mas.

Sunday, November 06, 2005

Sobre la competencia

Los niños en china, a fuerza de hormiga, son capaces de cargar con tres o más veces su peso en la relación presión psicológica-edad.

El sábado pasado les tocó examen a mis dos grupos de niños de Chao Yang. La primera clases, casi de principiantes fue la de k2. Ellos presentaron su examen y tuvieron resultados poco satisfactorios -a ojos de mi asistente. En realidad el examen era sencillo y fue una sorpresa para mí ver tantos errores en cada examen. No me siento capacitado ni con la información suficiente como para explicar el porque de las cosas. Simplemente se hace la anotación y se pone atención a factores que podrían ser repetitivos.

El grupo k3, nivel poco más avanzado, tuvo muchos mejores resultados. Al parecer sólo dos alumnitos no pasaron el examen. En esta clase, sin embargo ocurrieron unos sucesos extraños.

El grupo k3 está formado por niños de entre 6 y 10 años con la excepción de Tommy de 12 años, niño que tiene un nivel superior de inglés pero, en ausencia de grupo k4, lo tienen confinado al pobre en aquel salón. Existen además, una niña y un niño que toman clases en dos grupos, k2 y k3. Esto quiere decir que cada sábado están desde las 8am hasta las 12:40pm en el mismo salón de clases con sólo 5 descansos de 10 minutos cada uno. Cuando veo las caritas de esa parejita me da una sensación de malestar que termina manifestándose –para ellos- en un maestro haciendo payasadas y ridiculices que les hacen el momento poco más grato. Yo hubiera adorado estudiar matemáticas con un payaso y digo esto dejándoles en claro que a mí me gustan las mates.

El resto de los alumnos tienen diferentes niveles en este grupo heterogéneo. Antes de finalizar la clase, mi asistente Pan Wen, decidió hacer los resultados públicos. Fue en orden descendente, empezó con Tommy –100- y terminó con John –60- lo acabó al decirle que era el más bajo del grupo. Seguramente es una de las vergüenzas más terribles que ese niño ha sentido. Cuando Pan Wen empezó a recitar las calificaciones, me percaté de lo que estaba a punto de ocurrir, era demasiado tarde, estaba fuera de mis manos. De detenerla, hubiera desplazado la vergüenza de John hacia mi asistente. Dejarla mal parada frente a los niños no es una buena idea dado el juego de autoridad vigente en el salón.

Después de esto, casi todos los niños salieron felices porque la clase había acabado. Fuera del salón, se amontonaban los padres de familia para saber las calificaciones de sus hijos y la de otros de pasadita.

Lo primero que me volcó el corazón fue la mamá de Lily hablando con Pan Wen acerca del desempeño de mi alumna más brillante –una de las más pequeñas. Su calificación no era en absoluto representativa de su nivel y desempeñó. Cabe aclarar que dentro del salón estaba mi mochila, en ella, un examen muestra rayado por completo. A mi parecer, el examen estaba hecho con las patas, muy mal diseñado.

Cuando Pan Wen comentó la calificación de Lily, yo me acerqué y le comenté que su hija era una de las mejores en clase, que era inteligente y destacada.

Decidí ir al baño para lavarme el gis de las manos, en el camino me encontré con una señora en cuclillas, frente a ella estaba mi alumno John llorando sin consuelo alguno. Bajé al nivel de la situación, le acaricié la cabeza al niño mientras decía palabras que ni él ni su madre entenderían. Detrás de mí, busqué a otra asistente como recurso de intérprete, contacto visual, Ji Yan (yi ien) se acercó. Intenté consolar y halagar a John frente a su madre. Logré poco, pero dejó de llorar.

En mí, una furia contra mi excelente asistente se multiplicaba. Literalmente, me hirvió la sangre. Con que chingado derecho se aplasta a un niño. Además, nada positivo se consigue con eso.

Volví al salón. Ordenamos y nos salimos. Ya en la calle, antes de la despedida, decidí hablar con Pan Wen, para este momento mi sangre ya estaba de nuevo a su temperatura, mi cabeza ya había dado tres o cuatro vueltas al asunto, tenía claro como quería tratarlo.
Le pregunté si era común en china hacer eso. Contestó que sí, agregó que ella creía que la competencia es muy buena. La dejé terminar. No volvió a hablar sino para pedir disculpas y comentar que no sucedería de nuevo. No la regañé y ni siquiera fui duro. Pan Wen es una excelente persona y trabaja de maravilla, nunca hubo malas intenciones de su parte, ella creía que era por lo mejor.

Mi argumento fue muy sencillo. El grupo no tiene un bagaje homogéneo en el estudio de la lengua. Los grupos están muy mal conformados, tenemos múltiples niveles. Si lo que se desea es provocar competencia, erramos en la justicia. Si queremos ser justos, la competencia es imposible. Esto tiene un nombre, competencia desigual.

Cerramos la plática con una sonrisa. Ella es muy profesional y tiene una alta sensibilidad para con los niños.

Yo me quedé pensando en el pobre de John. ¿Y qué habrá sido de Andy? El también tuvo 60 pero ya no lo vi al finalizar la clase.

Aviso

Estuve fuera de la red porque me cortaron mi servicio de internet a causa de exceso de pago. Al parecer todo se restablece en breve, uno o dos dias. Ademas la semana en verdad ha estado repleta, tengo varias cosas que transmitir y mucha tarea para pensar. Abrazo a todos. Vuelvo pronto.

Luis

Tuesday, November 01, 2005

La Ciudad, ¡ bien que tiene tripas !

Me parece que, poco a poco, he ido mezclando diferentes cosas que quiero decir, en un solo Blog. Esto puede tener efectos negativos y positivos, creo que en este momento no alcanzo a vislumbrarlos bien pero percibo que será mejor distinguir unos escritos de otros.

Las Tripas de Asfalto es un nuevo experimento que busco emprender. Será un Blog de temática especializada y no personal como lo es el que hospeda estas letras. ¿De qué demonios hablará? Del fenómeno de la Urbanidad y sus múltiples connotaciones. Es obvio que estará cargado hacia Beijing pero tratará también de Monterrey, el Distrito Federal, San Juan, Hong Kong y otras ciudades.

La liga está frente a sus pantallas. El primer artículo está ya publicado, es un primer acercamiento, es posible que no sea bueno, pero lo importante es comenzar. En Los Dedos de... seguiré publicando con la misma frecuencia. Seguiré hablando de percepciones, eventualidades, detalles y anécdotas como hasta ahora.

Finalizo con una petición, de leer el artículo de Las Tripas..., me gustaría saber su opinión de esta separación y estreno de Blog. Además me encantaría saber si el tema les parece interesante.

Bien, quedo aquí con un fuerte abrazo. Como siempre, gracias.